Sipnosis:
Desde que su compañera de clase desapareciera hace veinte años, Sandy Shortt se ha obsesionado con todo lo relacionado con las cosas perdidas y hallarlas se ha convertido en toda una hazaña –lo mismo si se trata de un calcetín que desapareció en la lavadora, las llaves del coche que se olvidó o personas que desaparecen sin dejar rastro...
Sandy se dedica en cuerpo y alma a encontrar a esas personas perdidas ofreciendo a sus desesperadas familias un rayo de esperanza.
Jack Ruttle es uno de esos familiares desesperados, ya que hace un año que no ha tenido noticias de su hermano Donal, y cree que Sandy puede ser la respuesta a sus oraciones, así que se lanza en su búsqueda. Pero ahora Sandy también ha desaparecido y ha ido a parar un lugar donde se encuentran todas esas personas que ha estado buscando toda su vida.
Un mundo que la aleja de todos aquellos a los que ama y del hogar que dejó hace tiempo. Así que Sandy retoma sus viejos hábitos y comienza a buscar de nuevo... aunque esta vez su búsqueda se centra en encontrar a alguien que la devuelva a casa.
Mi opinión:
He de confesar que en un principio no me atraía nada la historia y este libro se ha tirado en la estanteria de mi casa cerca de dos añitos acumulando polvo, y he de decir que ha sido una verdadera lastima.
La historia engancha y es ingeniosa y sorprendente desde ese punto tan especial que sólo Cecelia Ahern puede darle, siempre que termino un libro de ella me pregunto, ¿como alguien es capaz de tener una imaginacón tan sorprendente?
En resumen, no es un libro romantico, pero se lo recomiendo muchísimo a todas las personas soñadoras que les guste leer.
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